Ya tendría que estar preparada. Y lista para enviar.
Pero es pura teoría. En la práctica no nos da el día para planificar después de vacaciones.
Estamos hablando de la campaña de email marketing que siempre nos planteamos hacer, o deberíamos, al inicio de temporada.
Su eficacia, la del email marketing en general, a día de hoy, está fuera de toda duda.
Si diseñamos y ejecutamos una campaña de email marketing teniendo en cuenta todo lo necesario, TODO, los resultados serán satisfactorios.
No es fácil. Nada fácil.
Y no hay garantías. Y quien se venda como un experto que garantiza resultados, lamentablemente miente.
Empezando a montar una campaña de email marketing
Necesitamos comunicar. Comunicar comercialmente. Probablemente sea un mensaje comercial. Nos interesa vender, al fin y al cabo.
Vamos a comunicar un lanzamiento de un nuevo producto o servicio de nuestro negocio. Y los destinatarios son nuestro fichero de clientes y de potenciales clientes.
Todos ellos han autorizado, de una forma u otra, que aceptan nuestra Política de Privacidad y no hay problema en recibir comunicaciones comerciales.
Ojo, pura teoría. Pero lo hablaremos en otro post.
Tenemos sus datos personales más o menos completos. El email, por supuesto, pero tenemos otros datos.
Los utilizaremos para personalizar el mensaje. Cualquier grado de personalización nos acerca al cliente. Y eso es bueno, muy bueno.
El mensaje en sí debe estar bien diseñado a nivel gráfico, bien compaginado, teniendo en cuenta su visualización en ordenadores y móviles, colores, imagen o logos atractivos. Trabajo para profesionales porque la primera impresión es la que cuenta.
Y el contenido del mensaje, ¿qué ? Si pudiéramos incluir un vídeo, mejor. Es el formato preferido. Pero no siempre es posible.
Asumimos que será texto con el apoyo de imágenes.
Contenido directo. Sin rollos. Mensajes que informen del producto/servicio y del por qué deberíamos comprarlo o contratarlo.
Y una llamada a la acción. Me interesa, quiero más información. Me interesa, quiero que me llamen.
Con todo listo, si es posible, realizar un Test A/B o varios. Es decir, hacer pruebas con mensajes similares para monitorizar el desempeño. E ir ajustando.
La campaña puede ir por fases, para aprovecharse de la fase anterior y del análisis de los resultados.
¿Combinar con alguna campaña de pago, offline u online? Depende de si disponemos de recursos.
El email marketing, per se, es barato.
Establecer una cierta periodicidad en este tipo de campañas y comunicaciones es una buena táctica.
Tu cliente se va acordando de tí. Si el mensaje está correctamente diseñado no le va a molestar.
Al contrario, irá creándose un recuerdo, una asociación con la marca que podría desembocar en lo mejor de lo mejor: convertir al cliente en un cliente fiel.
Y si nos toca la lotería, y lo hacemos bien, un cliente fiel puede llegar a ser prescriptor nuestro. Recomendarnos. Y esto sí que no tiene precio.
Ah, pero esto de las recomendaciones es otra historia.
Autor: Jordi Sabater
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